¿ES POSIBLE CULTIVAR LA CONCENTRACIÓN?

¿ES POSIBLE CULTIVAR LA CONCENTRACIÓN?

 

Mensajes, pantallas, llamadas, notificaciones constantes…

Bombardeo de stories, reels, carruseles… que “nos liberan” de la lectura de artículos y posts de más de un párrafo.

Prisas, multitareas, multimedios, multigrupos…

Por no hablar de otros temas de estos tiempos convulsos que hoy vivimos.

Lo cierto es que mantener la atención es cada vez un recurso más escaso, más difícil ante tantos estímulos externos. Pero cuando ya no es una distracción pasajera o puntual, sino un estado que empieza a ser cotidiano, es momento de ponerle atención, nunca mejor dicho.

 

¿Qué es la dispersión mental?

No se trata solo de “estar distraído”, sino de un estado en el que la mente salta de un estímulo a otro, sin poder sostener la atención en una sola tarea. Un neuropsicólogo nos hablaría de “un estado cerebral caracterizado por la dificultad de filtrar estímulos irrelevantes, lo que provoca fatiga cognitiva, pérdida de productividad y frustración.”

 

¿Cómo saber si estamos en un estado de falta de atención importante?

Cuando la dispersión mental viene acompañada de otros síntomas, como:

  • Sensación de “mente nublada” o dificultad para pensar con claridad.
  • Iniciar tareas, saltar de una a otra, sin llegar a terminar ninguna.
  • Olvidos frecuentes o dificultad para retener información.
  • Irritabilidad, cansancio mental y estrés.
  • Problemas de sueño relacionados con la sobrecarga de estímulos.
  • Sensación de incapacidad y frustración.

Cuando pierdes el foco no solo pierdes tiempo, también pierdes confianza en ti. La falta de concentración ya no afecta solo a nuestro rendimiento o eficiencia, sino que también nos afecta a cómo nos sentimos con nosotros mismos, incrementa el estrés, la frustración, la ansiedad, la motivación, el sueño e incluso la salud, es momento de ponerle atención.

 

¿Cómo podemos reducir la dispersión mental?

Obviamente, todas las técnicas que nos ayuden a la relajación, la regulación emocional, la liberación de dopamina y serotonina son bienvenidas. Por ejemplo:

  • Mindfulness, para centrar la atención en el aquí y ahora
  • Meditar de forma regular, fortalece la corteza prefrontal
  • Ejercicio físico moderado, aumenta el flujo sanguíneo, oxigena el cerebro, favorece la dopamina y serotonina
  • Respiración consciente, regula el sistema nervios autónomo y calma el estrés
  • Contacto con la naturaleza, reduce el estrés y nos “recarga”
  • Actividades artísticas (música, canto, danza, pintura), libera dopamina y reduce la ansiedad
  • Terapias de regulación emocional o técnicas corporales

 

¿Cómo ayuda el Programa ST Concentración?

El núcleo fundamental del ST Concentración es la Música Terapéutica Personalizada Inner Sound, creada para ayudar a conseguir muchos de los efectos de otras prácticas o técnicas, siendo un excelente complemento porque:

  • Favorece el mindfulness y la meditación llevando al cerebro a ondas alfa.
  • Ayuda a conseguir una respiración
  • Estimula la liberación de dopamina.
  • Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
  • Abre canales internos que nos ayudan a conectar con nuestra expresión creativa.
  • Libera estrés y bloqueos emocionales llegando donde la palabra no alcanza.

 

Está comprobado que el sonido influye en el cerebro de múltiples formas:

  • Estimula la neuroplasticidad, favoreciendo la creación de nuevas conexiones neuronales.
  • Equilibra la actividad entre hemisferios cerebrales, logrando una sincronización que mejora la claridad mental.
  • Regula el sistema nervioso, reduciendo el ruido mental, el estrés y la ansiedad que boicotean nuestra concentración.
  • Favorece la producción de dopamina, potenciando el foco, la motivación y la sensación de bienestar.

 

La dopamina es un neurotransmisor esencial para la motivación, el aprendizaje y la atención. La música terapéutica ha demostrado, en diferentes estudios neurocientíficos, que estimula la liberación de dopamina y regula la actividad de los circuitos de recompensa del cerebro. Esto no solo mejora el estado de ánimo, sino que favorece la atención sostenida. Cuando tenemos niveles adecuados de dopamina, nuestro cerebro entra con más facilidad en estados de concentración profunda.

 

Y lo mejor: ¡lo hace sin que tengamos que hacer excesivo esfuerzo! Solo debemos ser constantes en la escucha de nuestra música terapéutica personalizada, que hace parte del Programa ST Concentración.

 

¿Y qué pasa con el TDAH?

Hasta ahora hemos estado hablando de la falta de concentración como un estado puntual, producto del estrés, la fatiga o el exceso de estímulo…

Pero también puede ser un rasgo más persistente, como ocurre en el TDAH. No es lo mismo un episodio transitorio de dispersión mental que un trastorno de atención. Sin embargo, en ambos casos la sonoterapia puede ser un apoyo valioso, ya sea para recuperar el foco en momentos concretos o como terapia complementaria en el manejo del TDAH.

👉 De este tema hablaremos en profundidad en otro artículo.

 

 

Cultivar la concentración es posible

La concentración no se fuerza, se cultiva. Y el sonido es una de las llaves más directas para lograrlo.

🎶 Si quieres descubrir cómo podemos ayudarte a recuperar tu foco, te invito a solicitar una cita gratuita de valoración para el Programa ST Concentración.

 

Tu mente puede volver a la calma.

 

No lo dejes para mañana.

¡Te espero dentro! 

Imagen portada Pixabay

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¿A QUÉ FRECUENCIA VIBRAN TUS NEURONAS?

¿A QUÉ FRECUENCIA VIBRAN TUS NEURONAS?

Todo vibra y, por tanto, podemos decir que todo tiene un ritmo. Nuestro cerebro  también tiene un ritmo, que son las ondas cerebrales: pequeñísimos impulsos eléctricos que van de neurona en neurona. De esta manera se comunican los trillones de neuronas que tenemos en nuestro cerebro, que hoy es muy fácil medir a través una electroencefalografía.

 

Sabemos que existen 5 ritmos u ondas cerebrales,

De distinto voltaje, que  generan  campos electromagnéticos de distinta frecuencia (vibraciones por segundo):

Ondas Delta (frecuencia 0,5 Hz – 3,5 Hz)

10 – 50 micro voltios. Es el estado de sueño muy profundo, trance,  hipnosis profunda. Es esencial para la autorregulación, para fortalecer el sistema inmunitario  y la sanación de nuestro organismo. Para algunos, es la energía original. Cuando hablamos de un “sueño reparador”, ésta es la etapa esencial. Por eso es muy importante solucionar los problemas de sueño o insomnio continuados o crónicos.

 

Ondas Theta (frecuencia 4 Hz -8 Hz)

50 – 100 micro voltios.  Es el estado que normalmente tenemos cuando estamos a punto de dormirnos, de somnolencia. Va desde el sueño superficial al profundo (4 Hz). Ocurre cuando hay un equilibrio entre los hemisferios izquierdo y derecho, es decir, cuando vibran a la misma frecuencia. Es un estado de relax físico y mental, meditación, inspiración, armonía. Mayor capacidad de aprendizaje. También puede surgir como un mecanismo de defensa, de reactividad emocional, para no revivir eventos dolorosos o traumas del pasado.

 

Ondas Alfa (frecuencia 8 Hz – 12 Hz)

100 – 150 micro voltios.  Es el estado de relajación ideal, calma, optimismo, mente tranquila, sin discurso mental continuo, muy adecuado para la creatividad y visualización. Nos centramos más en nuestro interior y nos desconectamos del exterior.

 

Ondas Beta (frecuencia 15 Hz – 18 Hz)

150 – 200 micro voltios.  Es la frecuencia habitual cuando estamos despiertos, muy probablemente en la que estás ahora al leer este post. Es un estado de alerta máxima, nos enfocamos más en el exterior;  en el que procesamos el lenguaje, podemos hacer cálculos matemáticos, conducir, etc. Por encima de esta frecuencia ya empezamos a estar estresados.

 

Ondas Gama (frecuencia 40 Hz en promedio)

Más de 200 micro voltios.  Alto nivel de estrés. Es la actividad eléctrica más alta del cerebro, puede llegar a los 100 Hz. Sucede cuando distintas zonas cerebrales se ponen en marcha a la vez, por ejemplo cuando las neuronas están trabajando demasiado rápido, en procesos complejos, que exigen mucha concentración y coordinación de distintas áreas del cerebro: una alta concentración al hacer un cálculo matemático, sentir pánico, un ataque de ansiedad, la meditación de monjes budistas, etc.

 

¿Qué tiene que ver esto con el  sonido terapéutico?

Gracias a las investigaciones de neurocientíficos y neurobiólogos, entre otros, sabemos cómo la frecuencia de nuestras ondas cerebrales influyen en nuestros estados emocionales, mentales, comportamientos y  procesos de aprendizaje o cognitivos.

Mediante la terapia de sonido, en especial con diapasones y música terapéutica  (binaural o con efectos sicoacústicos), es posible afectar en pocos minutos la actividad  eléctrica del celebro y lograr estados de relajación.

Al trabajar con determinados diapasones, dos al mismo tiempo, y con intervalos de quinta justa, es posible equilibrar la actividad de los dos hemisferios cerebrales y llevarlo a ondas Alfa y Theta. De esta manera, le damos al cuerpo uno de los mayores regalos: la relajación. A partir de allí, el terapeuta puede ayudar a la persona a encontrar un mejor estado emocional, mental y físico.

El cuerpo es sabio, toma las frecuencias que necesita para hacer este proceso, con la ayuda del terapeuta de sonido. Por eso también, en ocasiones, durante la terapia de sonido, el organismo decide ir a estado Theta, para darse un tiempo antes de revivir o afrontar estados emocionales que necesita sanar. Si es constante, muy probablemente los sanará en pocas sesiones. El sonido es una forma natural de armonizar y equilibrar el cuerpo.

 

Vive el poder del sonido

¿Quieres vivir una sesión de terapia con sonido y música? 

CÓMO ACTÚA EL SONIDO EN EL CUERPO

CÓMO ACTÚA EL SONIDO EN EL CUERPO

Cómo viaja el sonido por el cuerpo

El sonido entra por el sistema auditivo pero también por los huesos craneales, que están en contacto con el líquido cefalorraquideo. Esto es especialmente importante cuando trabajamos con diapasones.

El sonido viaja dentro de nuestro cuerpo, a 1500 m/seg  ¡cuatro veces más rápido que en el aire!

Viaja a través del tejido conectivo (o conjuntivo), que es uno de los cuatro tejidos básicos del cuerpo. Abarca desde la superficie del cuerpo hasta el interior de las células. Comprende muchos tejidos, como: el adiposo, el óseo, el sanguíneo, el linfático y muchos más.

Los elementos básicos del tejido conjuntivo son las células, las fibras y una sustancia fundamental, gelatinosa e incolora, que está compuesta, entre otras cosas, de agua. ¡He ahí una de las claves!

La mayoría de nuestros órganos y tejidos tienen al menos un 70% de agua. Los riñones tienen más, entre 80 y 85%. Hace decenios que ya sabemos el poderoso efecto del sonido en el agua (podéis ver muchas webs y videos en YouTube que ilustran el tema).

La música que nos gusta y la que nos molesta usa los mismos mecanismos para activarnos.

Expansión y contracción

Terminamos este breve repaso de algunos conceptos esenciales de la sonoterapia y musicoterapia hablando sobre la expansión/contracción. Un movimiento, compuesto de dos fases, que es esencial, vital para el ser humano. Está presente en nuestra respiración, en el latido cardíaco y en el impulso rítmico craneal (IRC).

 

¿Y qué tiene que ver con la música o el sonido?

Pues que este movimiento de expansión/contracción está asociado a uno de los intervalos más importantes en la sanación: la quinta justa. Es ni más ni menos que la quinta pitagórica la que tiene el ratio 1,5:1 (o, expresado de otra manera, es una relación de frecuencias de 2:3). La frecuencia más alta es un 50% más aguda que la frecuencia de la nota más baja.

Para los pitagóricos era uno de los tres intervalos más puros, más armónicos del universo, junto con la octava y la cuarta justa. Probablemente no lo sabían pero el intervalo de quinta justa, visto hoy con un osciloscopio, genera una forma similar al símbolo de infinito, un movimiento de expansión/contracción, igual que el que está presente en el impulso rítmico craneal (IRC), un mecanismo básico de autosanación del cuerpo, algo que conocen muy bien los profesionales que hacen terapia craneo-sacral.

Lo que buscamos con la sonoterapia y la musicoterapia es precisamente

crear un movimiento en el cuerpo, un flujo energético, que le ayude a encontrar su equilibrio y armonía.

 

El cuerpo toma del sonido las frecuencias que necesita para recuperar su equilibrio, para ablandar los tejidos conectivos contraídos por emociones incompletas, enfermedades, desequilibrios de salud, etc.

 

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